Una vez que Chávez anunció -casi jocosamente- por cadena de radio y TV el aumento de sueldos y salarios para los universitarios, quedó en el aire un ambiente de incredulidad. Ver para creer fue la expresión de los profesores universitarios. La forma como lo hizo dejó ver que tal decisión no fue generada por un acuerdo, sino producto de una acción personal del presidente Chávez. Actuando como un emperador frente a sus súbditos. Desconoce la existencia de los gremios como interlocutores y al mismo tiempo, ignora acuerdos no derogados como son las Normas de Homologación de Sueldos y Salarios.

     El incremento de sueldos y salarios así dado, queda como una dádiva presidencial, como una porción de la rebatiña que acostumbra dar cuando el ambiente político se enrarece. Obvió totalmente los aumentos relativos a los años 2009 y 2010, el pago de prestaciones y la cancelación de los pasivos laborales.

     De acuerdo al comportamiento gubernamental, parece que están jugando al cansancio gremial y a la llegada de las vacaciones. Está lejos para que cumplan con lo anunciado por Chávez y posteriormente publicado en Gaceta Oficial. Probablemente, le cumplan a los obreros y en menor grado a los empleados, ¿y a los profesores? Finalmente, cabe señalar que el asedio a la Universidad continúa, paralizan las elecciones decanales en la UCV y UCLA, y no envían los recursos para el funcionamiento de las universidades, utilizan grupos de choque internamente con la intención de amedrentar a las fuerzas democráticas universitarias. Este gobierno (chavista) ha resultado ser una sombra para las universidades venezolanas, pero siguiendo el ejemplo que la UCV ha dado, esta sombra será vencida.

Carlos Solórzano Ovalles

UPEL-IPC